The Procession to Calvary
- Desarrollador: Joe Richardson
- Plataformas: PC
- Lanzamiento: 9 de Abril de 2020
Que una guerra concluya siempre debe ser buena noticia. Adiós al derramamiento de sangre, adiós al sufrimiento de los pueblos, adiós a la rabia, la codicia, la impotencia y a una evidente destrucción a todos los niveles imaginables. Puertas que se cierran para dejar paso a la paz; para todos. Para todos excepto para la Bellona.
Bienvenidos a The Procession to Calvary. Para los versados en arte, una gran obra renacentista del holandés Pieter Bruegel. Pero para los menos duchos en la materia, es desde ya, una genial aventura gráfica con la firma de Joe Richardson, el cual vuelve a optar por esos entornos ya vistos en su anterior obra —nunca mejor definida— de 2017, Four Last Things.
Hablábamos de la Bellona, que es el retrato que presentó Rembrant —del cual los poco iniciados en arte sí podemos conocer alguna referencia— para simbolizar la figura de la diosa romana de la guerra. Y como en el párrafo anterior, para nosotros lo importante es que será la inconformista protagonista de esta macabra historia.
Inconformista porque ella es a la única persona que el fin de esta Guerra Santa le supone la peor de las noticias. Ella vive por y para asesinar. Sin criterio ni referencias. En su propia idiosincrasia y en la práctica de la aventura, ya que podemos blandir nuestra espada como una 4ª acción fija más —además de mirar-coger-hablar— aunque eso nos llevará a multitud de castigos divinos en forma de rayo mortal.
A partir de aquí, la importancia del entorno que, como desarrollamos, posee una ambientación vestida con decenas y decenas de obras originales del renacimiento. Paisajes y personajes. Tratados con todo el humor de sello británico, rozando —o superando— lo indecente, ridiculizando creaciones tan conocidas como La Joven de la Perla de Vermeer o convirtiendo a los famosos ángeles de la Madonna Sixtina en unos intranquilos diablillos con alma de programadores.
En cuanto a la trama, si es que el hecho de asesinar por asesinar nos parece insuficiente, es la de ajusticiar sí, pero a un objetivo claro: a Pedro el Celestial (quizá mejor Heavenly Peter). Propósito por insistencia, ya que el nuevo rey, John el Inmortal, deja muy a las claras que no quiere más muertes. Pero sinceramente hacen falta muchas negativas para calmar las ansias de matar de una Bellona a la cual incluso al final llegamos a comprender.
The Procession to Calvary, no es una historia de venganza, ni justicia, es solo la —genial— perversión de un desarrollador, al que claramente le intuimos una historia de amor-odio con el arte renacentista. Aunque tanto nos da, si con ello nos regala aventuras de buenos puzles, geniales desenlaces y un exquisito poso, el que nos deja, directamente proporcional a la sangre derramada.