Conway: Dissapearance at Dahlia View
- Desarrollador: White Paper Games
- Plataformas: PC, Playstation 4, Playstation 5, Xbox Series X y S, Xbox One y Nintendo Switch
- Link Steam: clicka aquí
- Lanzamiento: 2 de noviembre de 2021
En la “corrala” de Dahlia View ha sucedido algo terrible: una niña ha sido arrebatada de los brazos de su padre tras recibir un violento ataque. Un caso de difícil resolución que ya se repitió años atrás y que, de nuevo, salpica las vidas de unos vecinos que esta vez se verán cercados por la incesante mirada –y cámara– de un ex investigador privado con más tiempo que moral; con más deber de la justicia de la que la propia justicia accede a asignar…
Desde una ventana de Manchester se deja ver una historia de novela negra confeccionada con el hilo de La Ventana Indiscreta de Hitchcock. Un clásico del cine en el que James Stewart se “come” la pantalla desde una silla de ruedas y unos ojos filtrados por una cámara cotilla que se sumerge en las vidas de cada uno de sus convecinos.
Pero en esta ocasión el curioso es Robert Conway, detective de veterana vida, desaliñado, hosco, algo agrio; fogueado a lomos de una silla de ruedas repleta de la osadía necesaria para liderar una investigación –paralela y unipersonal– de un caso en el que su propia hija, policía en servicio, maldice por tener a su padre husmeando en él.
“Puedo notarlo otra vez. Ese impulso, ese… primer tirón del hilo.” Robert le ha prometido a Tony Morgan que encontraría a su hija de 6 años, Charlotte May. En Dahlia View ya se organizan desesperadas expediciones en busca de cualquier indicio que lleve al paradero de Charlotte, mientras Robert aprovechará las ausencias para allanar las casas de sus vecinos y poder descubrir posibles pruebas incriminatorias.
Ganzúas, clips, una simple punta de un dardo o incluso una percha, cualquier objeto resistente hará ganar el duelo que Conway mantendrá con las múltiples puertas que le dificultan el camino hacia la verdad. Tantas puertas como desacertados puzles de engranajes que tocará encarar. Tantas conjeturas; tantas mentiras…
Y sobre los puzles dirigiremos el foco. Últimas acometidas de un año en el que nos hemos cruzado con varios títulos que penetran de forma acertada en la piel de detectives y sus inseparables bobinas de hilo rojo, pero ninguno tan arraigado a los fundamentos de la aventura gráfica clásica como lo vivido en Dahlia View y que, por ello, su hilo termina enlazando en el tablero de Agoty Awards.
“Da miedo, ¿verdad? Y pensar que podrías estar al lado de alguien capaz de hacer… eso, y nunca te darías cuenta hasta que no fuera demasiado tarde.” La rueda dentada de la cámara de Conway echará humo. Para avanzar en nuestra investigación deberemos tirar decenas y decenas de fotos para revelar y plasmar los hallazgos alcanzados en el tablero de pruebas, donde se dirimen los puzles más intrincados de la aventura.
El caso de Charlotte se presenta sobrecargado de una narrativa que termina dando paso a un posterior panorama de desafíos de distintas vertientes, donde los puzles de “toda la vida”, por fortuna, comienzan a tener una relevancia considerable –nunca suficiente–, aun siendo de una dificultad escasa, pero de idóneo realismo con el medio en el que nos encontramos.
Y en cuanto a ese realismo, las físicas y el control de la silla de ruedas, sumado a un magnífico apartado visual hacen que la experiencia en Dahlia View sea tan intrigante como atrayente. Aderezada de un gran trabajo de doblaje y un exceso de naturalidad en la ausencia de temas que podrían ambientar ciertas partes de la aventura. Aun con todo, una notable producción. Sin titubeos, una obra… una aventura, de película.
Conway: Disappearance at Dahlia View es la aventura que estimula la aburrida vida de un detective retirado allá por la década de los 50. Un thriller que peca por su recorrido lineal, pero que enamora por su suspense, su intriga, el instinto de una cámara, ¡¡la justiciera causa de Robert Conway!! Nada importa si la excusa es la verdad. Todo importa si algo puede acercarnos a la sentencia de la pregunta: “¿Dónde está Charlotte May?”.