Return to Monkey Island

  • Desarrollador: Terrible Toybox
  • Plataformas: PC y Nintendo Switch
  • Link Steam: clicka aquí
  • Lanzamiento: 19 de Septiembre de 2022

“Kids, let me tell you a story that IS about finding The Secret of Monkey Island. There was a rumor going around that my old nemesis, LeChuck, had somehow discovered the exact location of The Secret of Monkey Island. I knew I had to get it before he did, so I went to Mêlée to get my own expedition started and beat him to the punch…”

Ah… feels good to be back to the eternal night in Mêlée Island, except for the detail that LeChuck is also at the island! It seems that over the years Ron, Dave and their crew are in a hurry to see their two best pirates face each other with their flaming swords. Mutual arch-enemies and now, condemned to share the same boat/craft? I need a fourth opinion.

Nothing. The old pirate leaders that I knew, now run a fishery in High Street and I don’t like the current ones. Elaine seems more worried in cropping limes and its distribution to mitigate the scurvy symptoms. Wally has suffered enough (maybe not) and I have never seen the famous priestess standing up from her armchair.

I also realised as it happens with ugly people, it is best not to provide us close-up views. The expressionist features end up dazzling in some scenarios, but contrasts with the result of that horrible close-ups as happens with that photos that you delete immediately.

The waves resound. How it little matters that my worst profile is on the screen, if my voice sounds once again as Dominic Armato’s one! For this reason, I demand myself to show my verbiage that never disappoints Caribbean people. Furthermore, if musical themes lift the waves and echo in the shore with that effective rejuvenating treatment.

Unable to escape. I don’t know what the old Ron’ secret is, and it is true that from the fourth wall it could be seen a mess; a bet in a card game where you play in a conservative way. The excellence and courage that they show pushing myself to share cabin with LeChuck on the way to Monkey Island, luff against cowardice wings to solve main enigmas.

Excess sequins. My journey does not need difficulty levels as difficulty is inherent to the adventure. The fact of making me carry the bags with guide books and trivial in the pirate costume shows a higher dislike than the one that heads me to the zombie ghost, Madison captain or Murray’s airhead if they were a single being. Neither I need the previous indication that I don’t have to use a key with a bowl of soup.

We search for the most truth possible, but maybe artists are better solving some issues. The travel agency that prepares my adventures knows how to find the kid we have inside out. Every change of direction. Every mess. I have enjoyed searching for exclusive flags, almost a dozen keys… Even rescuing Stan! How irrelevant was the lack of skill of who prepared the disgusting final puzzles, if every single step done was full of magic!

Nevertheless, I travelled and fought against LeChuck. I came back to Scumm Bar and also, I convinced Cobb to tell me about the Brian Moriarty “last” adventure. I dressed up. I enjoyed with most of the puzzles made by American geezer who wanted to challenging me. I travelled some islands feeling free. I hunted for treasures. I have been uncivilized, rogue and a burglar… A real pirate! And I have enjoyed every single minute.

Return to Monkey Island is the irregular and fascinating blinking candlelight. An audience dream that for sure has enjoyed this last designer’s breath of creativity. Sitting next to the person you care the most and enjoy together. Once again. As often as you want, my son. As you wish, we will come back to Mêlée.

Signed: Guybrush Threepwood

“Niños, os voy a contar una historia que va de encontrar el Secreto de Monkey Island. Corría el rumor de que mi viejo archienemigo, LeChuck, había averiguado dónde se hallaba exactamente el Secreto de Monkey Island. Sabía que tenía que llegar antes que él, así que fui a Mêlée para montar mi expedición y llevarme el gato al agua…”

Ah… qué gusto da volver a la eterna noche de la isla Mêlée, ¡salvo por el pequeño detalle de que LeChuck también está en ella! Parece ser que después de tantos años, Ron, Dave y su tripulación, tengan prisa porque sus dos mejores piratas blanden sus espadas tan pronto como sea posible. Archienemigos mutuos, ¿y ahora condenados a compartir embarcación? Necesito una cuarta opinión.

Nada. Los jefes piratas que conocía ahora regentan una pescadería en la calle Mayor y los actuales me caen fatal. Elaine parece más preocupada por su cultivo y distribución de limas para paliar los efectos del escorbuto. Wally ya ha sufrido bastante (o no) y a la celebérrima sacerdotisa nunca la he visto levantar el trasero de su poltrona.

Sí, yo también me di cuenta, de igual forma que ocurre con los feos, estamos mejor a ojo panorámico. El aire expresionista de los trazos termina encandilando en alguno de sus escenarios, pero contrasta con el resultado de esos horribles primeros planos cual fotos que tan poco tardáis en borrar.

Se oye el rumor del oleaje. ¡Cuán poco importa que hayan sacado en pantalla el peor de mis perfiles, si mi voz suena una vez más como la de Dominic Armato! Solo por ello me auto-exigí sacar a relucir esa verborrea que nunca defrauda a los habitantes del Caribe. Y más aún, si las olas, aupadas por los temas musicales, resuenan en la orilla con ese eficaz tratamiento antioxidante.

Sin escapatoria. No sé qué será el tan ajado secreto que Ron ideó, y sí, cierto es que previsiblemente desde la cuarta pared se pueda ver como un embrollo; una partida de cartas en la que apuestas con la mano más conservadora. Toda la valentía y excelencia que demuestran obligándome a compartir camarote con LeChuck camino de Monkey Island orzan contra los vientos de cobardía para resolver los enigmas troncales.

Sobran abalorios. Mi viaje no necesita niveles de dificultad porque la dificultad es inherente a la aventura. El hacerme cargar con los libros de guía y trivial en la casaca pirata demuestra una aversión mayor de la que me dirige el fantasma zombi, la capitana Madison y la hueca cabeza de Murray si fueran un solo ser. Y no, tampoco necesito la bisutería restrictiva de saber previamente que no debo usar una llave con un caldero de sopa.

Buscamos la máxima verdad disponible, cuando quizá haya cosas que las resuelvan mejor los artistas. La agencia de viajes que prepara mis cruzadas sabe hallar al niño que hay en todos nosotros. Cada golpe de timón. Cada entuerto. He disfrutado buscando exclusivas banderas, casi una decena de llaves… ¡incluso rescatando a Stan! ¡Qué intrascendente llega a ser la torpeza de quien preparó una ristra de puzles finales dignos de vomitar, si cada paso que he dado fue ebrio de magia!

Con todo, he viajado y peleado contra LeChuck. He vuelto al Scumm Bar e incluso convencido a Cobb para que me hablase de la “última” aventura de Brian Moriarty. Me he disfrazado. He disfrutado con la mayoría de los puzles con los que esos vejestorios estadounidenses me han retado. He recorrido varias islas sintiéndome totalmente libre. He andado a la caza de tesoros. He sido incivil, gamberro y mangante… ¡todo un pirata! Y sí, me lo he pasado sumamente bien.

Return to Monkey Island es el irregular y embelesador parpadeo de las velas. La ensoñación de una audiencia que a buen seguro habrá disfrutado del último halo de creatividad de mis diseñadores. Sentarte al lado de quién más quieres y disfrutarlo juntos. Una vez más. Las que hagan falta, hijo. Siempre que quieras, volveremos a Mêlée.

Firmado: Guybrush Threepwood

Publicaciones Similares