Born Punk
- Desarrollador: Insert Disk 22
- Plataformas: PC
- Link Steam: Clicka aquí
- Lanzamiento: 18 de junio de 2022
Haven, Bornholm. Septiembre del año 2155. Eevi despierta en compañía de la misma resaca que parece sufrir el planeta. En esta época, la desinhibición del alcohol es capaz de tumbar satélites hasta hacerlos caer del cielo. Son años en los que el gremio mayoritario es el de los hackers y nuestra primera protagonista despunta entre ellos. Estamos inmersos en un mundo de individualismo desenfrenado. Ese mismo individualismo que permite que las corporaciones destrocen la poca esperanza y alma que queda en la escasa población humana…
Y no será en la isla de Bornholm, en Dinamarca. Ni tan siquiera en el resto de países nórdicos que resguardan del frío a la vieja Europa. Esta vez, la enésima predicción cyberpunk nos llega desde la lejana Melbourne, con Falko von Falkner a modo de procesador.
Compartíamos en la temprana sinopsis el malestar de Eevi. Todo mejora con una abundante ingesta de agua y una mano biónica con prestaciones cual cuchillas del Lobezno de turno o, a resaltar, ese extraordinario dedo que descifra y hackea las incómodas tecnologías de seguridad que nos impiden avanzar. Que nos impiden escapar…
Escapar… de todo. Incluso de ti misma. Cuando sientes eso, quizá solo quede una salida: atacar. Deberá hacerlo Eevi y deberá hacerlo Mariposa, la segunda protagonista que se nos presenta. Si Eevi reside en la trastienda de un viejo bar en los bajos fondos de Haven, Mariposa Annika del Corral-Flores de Sotomayor —lo siento, me prometí completar su nombre— pasa sus días en la atalaya del edificio más alto de la ciudad, siendo CEO de una corporación voraz, aunque ambas compartirán la misma debilidad.
Ya lo dice ella misma: “no importa lo que evolucione la tecnología. El humano sigue siendo el eslabón más débil”. Sin embargo, la reflexión pierde rotundidad en el momento en el que conocemos a Grandmaster Flashdrive, un androide amante del hip-hop que vive en las alcantarillas y que concurre en dos circunstancias clave respecto a las dos anteriores protagonistas: la necesidad de coexistir junto a sus gatos y el ser anfitriones involuntarios de entidades digitales hostiles y desconocidas. Tres virus que quieren ser uno, en tres cuerpos que nunca se han cruzado antes.
Con todo ello, el objetivo será el de separar a tres “personas” de las infecciones que han sufrido. En una primera instancia por separado, y conforme avanza la aventura sus caminos se entrelazarán para luchar juntos por el mismo fin, pudiendo interactuar entre ellos e incluso resolver puzles con las dotes adecuadas de cada “recipiente”.
También cabe destacar —en positivo— la exigencia de la aventura en que haya objetos y puzles que solo se consigan resolver si has tenido la suficiente curiosidad de interesarte por ellos antes, y que quizá compense en un conjunto de puzles de baja dificultad. Donde seguramente no hayan sabido equilibrar, es en las inabordables líneas de diálogo que presenta el guion y que cimentan una aventura de ritmo muy bajo, pudiendo llegar a hastiar si no eres un incondicional del futuro de la tecnología y sus perversos usos.
Colaboraciones, traiciones… toda una guerra de corporaciones diseñada de acertados píxeles con resultado muy dispar en algunos de sus escenarios, a sumar, a una ambientación que elige como hilo musical los sonidos indivisibles de las ciudades, y un inacabable doblaje que podríamos tomar como parte de la banda sonora de la aventura.
Born Punk es una aventura gráfica con más universo del que consigue abarcar, lastrando de forma indirecta a un guion altamente perfectible pese a sus múltiples conclusiones. Una máquina que requerirá la formación específica de las clases que imparten los amantes de esos recurrentes futuros distópicos; sin excesivas carencias, sin añorados portentos. Una aventura de seres que ansían la libertad. Una aventura de otros seres que quieren ser trinidad.