Three Minutes to Eight

  • Desarrollador: Chaosmonger Studio
  • Plataformas: PC
  • Link Steam: clicka aquí
  • Lanzamiento: 23 de octubre de 2023

“Son las 19:33 de una tarde de primeros de diciembre en Benoni, año 2043. Te despiertas de una siesta de duración indeterminada. ¿Fueron cinco minutos o cuarenta? O tal vez un año… el tiempo parece haberse difuminado, dejándote aturdido y confundido. Miras alrededor de tu sala de estar y todo parece un error. Es tu piso, donde has vivido durante nueve años, pero algo no está del todo bien. Es difícil de describir, es como si faltara algo capital o se hubiera añadido algún elemento extraño. Te estiras y te pones en pie, tratando de deshacerte de la desconcertante sensación. Suena el timbre. Alguien llama a la puerta. No esperas visitas, pero probablemente deberías ver quién es…”.

Nicola Piovesan y su equipo vuelven desafiando al tiempo, al espacio… y por inercia, a los aventureros. Por esta vez, frases de este estilo, perderán la ambigüedad. Para aludir aún más a nuestra figura, el protagonista es “you”, al igual que el narrador que cita la sinopsis inicial es “me”. El problema, o la tesitura, es que esa presentación, ese despertar vespertino, ese mal sueño, será el inicio de un bucle que terminaremos sufriendo una y otra vez… hasta alcanzar la meta que más se ajuste a nuestro ideal. Ahí reside el desafío de Nicola. Demasiado por asimilar.

Nueve años viviendo en ese piso y no conseguimos recordar nada. Ni el lugar, ni nuestras cosas, ni a los vecinos, ni tan siquiera a Monique, nuestra novia. Obviamente tampoco sabemos la causa. Las apuestas por un traumatismo craneoencefálico o las drogas cotizan a la misma cantidad. El tiempo corre cada vez que cambiamos de dependencia o lugar, y pronto descubriremos que hagamos lo que hagamos, moriremos 24 minutos después de despertar de la siesta.

La cordura se esfumará pronto. La nuestra, ya asociada, no se librará. Tocará patear la única calle que nos permite la ciudad para evitar lo inevitable. Salir a la caza de unos porqués que nos dan caza en intervalos de escasos minutos. Puzles a solucionar —en su mayoría— desde el inventario, aun siendo más relevantes los sucesos y el orden de las cosas. Las conversaciones y cada paso que demos serán lo que distinga nuestro final. A gusto del consumidor que accede a la recomendación del chef. Aun sin saber quien nos va a cocinar.

La belleza lumínica que desprendía la Neo Berlín de Encodya se ha podido trasladar a Benoni. La tonalidad azulada que exponen los neones nos vuelve a entusiasmar, pese a que esta vez se ha optado por una confección de vasto pixel que reduce apenas el atractivo. Deslumbra en esas transiciones que provocan las carreras del protagonista. Al igual que el dinamismo de esa citada única calle; gustosa de pasear.

La cíclica noche transita repleta de valentía y riesgo. Pese a que la cercana inspiración de Twelve Minutes existe, cabe incidir en que son desarrollos muy complejos de diseñar. Méritos en una confección de sucesos que yerra poco; distinto debate a plantear para la temática y sus múltiples desenlaces, veremos si logran entusiasmar.

Three Minutes to Eight es la agonía de saber el minuto exacto en el que vamos a morir. El bucle de las realidades invisibles en el que debemos aprender de cada una de nuestras muertes. Cierta luz de gas. Algunos aspectos de dudosa coherencia. Tanto mérito, como desconcierto. Superávit de porqués en la fascinante perplejidad de su niebla. Déjà vu, y un alma a la que le otorgan estar perdida.

 

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